domingo, 3 de marzo de 2013

El mundo

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.

Y dijo que somos un mar de fueguitos.

- El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales.

Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.





6 comentarios:

  1. Es verdad, todos somos tan iguales, pero tan distintos...Cada uno tenemos nuestra forma de pensar, de ver la vida, de vivirla, tenemos nuestro modo de reflejar cómo y quiénes somos, tenemos nuestros gustos.
    Hay cosas que nos hacen únicos, en apariencia, pensamientos, sentimientos y forma de hablar y de expresarnos. Pero también hay muchos aspectos de nosotros que forman parte de nuestro ser, pero que en realidad son artificiales, no nos pertenecen, es decir, estamos tan influenciados y presionados por el ambiente, las situaciones y las personas que nos rodean, y las opiniones, que hacen que dejemos de ser nosotros, y seamos, caricaturas o marionetas.

    ResponderEliminar
  2. Efectivamente, cada persona es un mundo, todos somos diferentes (afortunadamente). Creo que podemos aprender de todos, así que no debemos discriminar ningún "fueguito" por ser diferente, ya que de lo distinto es de donde aprendemos en realidad. Además, bajo mi punto de vista, la variedad es lo que da gusto a la vida.

    ResponderEliminar
  3. Yo creo que además de apreciar que somos diferentes y que eso hace que cada uno seamos importantes, hay personas que merece la pena compartir con ellas más tiempo y también la vida porque con ellas vamos a aprender más, a disfrutar, a vivir más intensamente.

    ResponderEliminar
  4. Yo comparo a la humanidad con el universo, aprovechando la metáfora que se hace en el texto. Cada uno somos como estrellas (fueguitos) con luz propia y que marcamos, de una forma u otra, en la vida de los demás. El conjunto de todos estos astros hacen una galaxia llena de variedad y de color. Cada una con su pensamiento y su manera de vivir, pero todas ellas con una función en el universo.

    ResponderEliminar
  5. Estoy de acuerdo con lo que ha dicho Raquel, cada persona es un mundo. Todos somos muy diferentes y eso pienso que es bueno, porque podemos aprender mucho de otras personas. Todos podemos aprender cosas del otro ,así que no podemos distanciar a la gente por ser diferente a nosotros porque quizá con esas personas que son tan distintas a ti a lo mejor son con las que más cosas aprenderás.

    ResponderEliminar